martes, 17 de febrero de 2009

Karla


Quién soñó lo que soñó Karla,
un río de lirios rotos,
una cadena de huesos,
una hermana, un padre, una patria.

Huele a niña,
carga un pétalo en el envés de la mano.
Y no se muerde los labios finos,
pues no se permite ningún gesto débil.
Ni una historia de derrota:
-Esta es la vida- me dijo un día.

-No hay otro momento que éste,
O tú, ¿qué piensas?
Anda, dime algo-

Yo miraba un jazminero y recordaba mi infancia.
Pero ella hablaba del futuro y creaba historia,
Amamantaba un eterno monstruo de ceniza.
Un portento dormido entre los libros.

-O ¿tú qué piensas?
¿Habrá otro momento para nosotros?
¿Quiénes somos, Afhit, de nosotros quién se acordará?-
Me decía, y entrecerraba sus ojos de gaviota.

Y ahí, era tan bella como un filo de Dios
corriendo entre una marejada de yeguas.

No esperaba respuesta
y es ahora que le contesto.
“Quizá nadie se acuerde de nosotros,
pero sé que tu recuerdo sobrevivirá a mi muerte”.

Y sí, tenía razón en todo,
siempre la tuvo;
por eso la quiero tanto:
“Esta es la vida, querido Afhit; no el paraíso”.

1 comentario:

Alma Karla dijo...

Nó sé qué decir. Nadie jamás había escrito un poema tan bello.