miércoles, 15 de julio de 2009

Ayer te volví a ver después de tantos días.
Partías el aire con un suspiro
y traías sobre tu piel
todo el sol de esas tierras que no conozco.

Leías un libro que yo te presté
y que amé como a una hermana.

Me diste los buenos días con una indiferencia innecesaria.

Descubrí, para mi asombro,
que todavía hay en mí una espina
olvida sobre la estera en que me tiendo.

¿Amor,
leerás alguna vez Dafnis y Cloe?
¿Querelle?
¿Madame Bovary, siquiera?

No te diste cuenta, pero ambos leíamos.
Tú en el libro y yo en tus labios.
Adivinaba la página,
repetía los diálogos,
quería saberlo todo.
Todo, Amor,
lo que el libro te decía.
Tu pensamiento virgen...

No cabe duda,
el amor y la belleza
son siempre misterios que perturban.

1 comentario:

Arianna Marín Vatta dijo...

Hermoso Afhit... simplemente hermoso.

Nunca te había leído y sólo puedo lamentar el no haberlo hecho antes, aunque me felicito por haber empezado a hacerlo hoy. Le agradezco eso a Karla.